La compleja y accidentada orografía de este Espacio Natural con una amplia gama de exposiciones y pendientes, los distintos tipos de suelos y la ambivalencia del clima, proporcionan un amplio espectro de posibilidades bioclimáticas para la instalación de una variada vegetación.
El resultado es una auténtica encrucijada vegetal que supone la convivencia de una gran diversidad, riqueza y mezcla de especies de muy diferentes exigencias.
Aproximadamente una cuarta parte del territorio protegido, está compuesto por bosques, mientras las laderas sombrías del Norte albergan una muestra valiosa y representativa de la vegetación atlántica (hayas y robles), hacia el Sur y Sureste, la mayor exposición solar y la protección respecto de los vientos húmedos introducen un ambiente netamente mediterráneo, en el que abundan encinares, quejigales, coscojares, rebollares, pinares (silvestre, negral y laricio) sin olvidar los prados de siega con las tierras cerealistas fiel reflejo de un área estratégica de transición entre dos regiones biogeográficas: la atlántica y la mediterránea.
En convivencia con estas especies podemos encontrar una nutrida gama floral y arbustiva destacando el boj, madroños, sabinas, brezos, durillos, enebros, aromáticas.
Cabe mencionar la existencia de la mayor tejeda de la provincia y uno de los bosques más norteños de alcornoque.